La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) mantiene una
campaña para la implementación universal de un sistema pensado para combatir lo
que dicho organismo denomina Erosión de las Bases y Transferencia de Beneficios
(Base Erosion and Profit Shifting o Beps, por sus siglas en inglés). Lo
llamaremos Beps. En esencia, Beps consiste en un sistema multilateral de
intercambio automático de información tributaria entre los países que suscriban
el acuerdo correspondiente.
Este
proyecto Beps de la Ocde constituye un cambio importante respecto de la
política que sobre intercambio de información tributaria había venido
manteniendo dicha organización durante los últimos años, que consistía en la
promoción de redes de intercambio bilateral de información entre países. Este
cambio de exigir intercambio bilateral a un sistema de intercambio
multilateral, la Ocde ha manifestado que se justifica por el hecho que los
sistemas de intercambio bilateral tienen falencias que se prestan para esquemas
de erosión de las bases del impuesto corporativo sobre la renta. Según la Ocde,
el nuevo sistema está llamado a restaurar la confianza de las personas en sus
sistemas impositivos, nivelar el terreno de juego para las empresas
y proveer a los gobiernos con herramientas más eficientes para asegurar la
efectividad de sus políticas fiscales soberanas. Además, sostiene la Ocde, el
nuevo sistema de intercambio multilateral que propone, vendría a estandarizar
normas y procedimientos, con lo cual el sistema redundaría en beneficios
incluso para las empresas multinacionales.
¿Cuál es la posición de Panamá sobre el intercambio multilateral?
En primer
lugar, en la reciente sesión anual de la Asamblea General de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), el presidente de la República, Juan Carlos Varela,
expresó durante su intervención que Panamá acepta la necesidad de establecer
controles adecuados para asegurar que sus sistemas financiero y logístico sean
utilizados solo para fines legítimos, y que para ello el país ha venido
adoptando normas y sistemas de control cada vez más estrictos. En este sentido,
indicó que Panamá acepta que debe migrar hacia un sistema de intercambio
automático de información fiscal. Sin embargo, acotó que Panamá continuará
suscribiendo acuerdos de intercambio de información bilaterales, como lo ha
venido haciendo con los principales socios comerciales del país.
Además, el
presidente Varela puntualizó, en su intervención en la ONU, que cualquier
cooperación de la República de Panamá
en materia de intercambio de información fiscal estará condicionada a dos
factores: A la capacidad y circunstancias nacionales (de Panamá) y el entorno
geopolítico internacional y que se respete el derecho soberano de cada país a
tomar las medidas necesarias para garantizar que el intercambio de información
fiscal persiga el bien común y no sea utilizado para perjudicar la
competitividad de unos países frente a otros.
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Lo anterior
fue en octubre de 2015. Pero posteriormente, la postura del país ha sido
reafirmada por la Cancillería. Gian Castillero, asesor del Ministerio de
Relaciones Exteriores para temas económicos, declaró a mediados de diciembre de
2015, a un importante medio escrito de noticias financieras del país, que
Panamá no suscribirá el acuerdo multilateral que resulte del proyecto Beps de
la Ocde, y que en cambio continuará negociando y suscribiendo acuerdos
bilaterales para el intercambio automático de información fiscal, sobre la base
de los criterios enunciados por el presidente Varela en su intervención ante la
Asamblea General de la ONU.
¿Por qué Panamá prefiere la vía de acuerdos bilaterales?
Castillero
fue bastante franco en su declaración publicada antes referida, y dijo que la
Ocde basa su proyecto Beps con intercambio multilateral sobre la premisa que
todos los países son iguales, premisa que señala como equivocada y que hay
muchos países con retos que pueden ser terriblemente afectados por el
intercambio automático de información fiscal. Fue claro al señalar que se
refiere a los riesgos de secuestro y al riesgo que la información de los
activos de una persona pueda ser usada para fines políticos. Es por esto que
Panamá -señala- se reserva su potestad soberana para decidir con qué países
suscribe acuerdos de intercambio de información.
¿Dónde estamos parados?
El proyecto
Beps de la Ocde se encuentra en una etapa en que dicha organización ha
comisionado a un grupo de expertos para el diseño y redacción del tratado
multilateral, así como los detalles operativos de cómo funcionaría el sistema.
La Ocde ha
planteado que todo debe estar listo para que durante el año 2016 el tratado
esté listo para presentarlo para firma de los distintos países. Sin embargo,
aun si esto es logrado, es muy poco probable que fuese revisado, debatido
internamente por las autoridades de cada país miembro de la Ocde (aparte de los
demás países no miembros), firmado y ratificado, todo en poco tiempo.
Seguramente, habrá mucha tela que cortar antes que un número significativo de
países, y que, además, sean países influyentes en el plano internacional, firme
y ratifique el tratado.
Hay, además,
un elemento de incertidumbre sobre el rol que jugaría Estados Unidos (EE.UU.)
en el proyecto Beps. A fines de 2016, EE.UU. tendrá elecciones presidenciales.
¿Qué pasaría si gana la presidencia un candidato republicano? Ya ha ocurrido antes que una iniciativa con
mucho momentum de la Ocde, pierda influencia al llegar a la Casa Blanca un
presidente proveniente del Partido Republicano. Cuando George W. Bush llegó a
la presidencia en enero de 2001, rápidamente su administración echó por tierra
el apoyo que previamente había dado el gobierno de su país a una iniciativa de
la Ocde contra la “competencia fiscal internacional perniciosa”. Y es sabido
que el apoyo de EE.UU. es clave para cualquier iniciativa de la Ocde en materia
de estándares tributarios en el plano internacional.
Por lo
anterior, consideramos que en el corto y mediano plazo es poco probable que el
proyecto Beps de la Ocde llegue a tener vigencia real y efectiva. Más allá de cinco años, por otro lado,
cualquier proyección es mera especulación, por lo que no podemos descartar que
de aquí a dicho término pueda prosperar esta iniciativa. Por el momento, sin
embargo, la situación es que Panamá ha adoptado una posición clara y firme en
sentido que: No formará parte de dicho proyecto de la Ocde; se compromete al
intercambio automático de información, pero mediante tratados o acuerdos
bilaterales con otros países que Panamá determine.
Y se respete
el principio de que el intercambio de información fiscal sea usado para
perseguir el beneficio común y no para afectar la competitividad de unos países
respecto de otros.
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